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Cinco Razones para ocuparse de la Seguridad

En general, existen básicamente cinco razones o motivos por los cuales las empresas se ocupan de la Seguridad; cada uno de ellos se manifiesta en distinto grado en cada empresa, en cada ejecutivo o en cada trabajador; es decir, cada uno tiene sus propios motivos, que inciden, y obviamente bastante, en lo que harán al respecto. Estas cinco razones son:

1. Por un Deber Moral

La Seguridad constituye, básicamente, un deber moral. En mayor o menor grado, todas las personas entienden que el trabajo no debe significar un perjuicio a la salud de los trabajadores, mas cuando estos daños y perjuicios son evitables.

El costo social de los accidentes es dramático, constituyendo un verdadero flagelo: detrás de cada accidente grave o fatal hay normalmente una familia destruida, metas abandonadas, expectativas frustradas, dolor, sufrimiento, etc.

2. Por una Responsabilidad Social

Aparte de que la Seguridad constituye un deber moral para cada persona como tal, también constituye una responsabilidad social que las empresas deben asumir; y que de hecho la asumen en mayor o menor grado.

Pero todo esto le implica a la empresa una serie de responsabilidades sociales que le impiden, entre otras cosas, desentenderse del impacto que sus acciones provocan a sus interlocutores. “No puede aceptarse que la materia prima salga ennoblecida de las fábricas, a costa de que los trabajadores se degraden o mutilen”. (OIT, 1986).

3. Por una Obligación Legal

Independiente de que la Seguridad constituya un deber moral y una responsabilidad social que deben asumir las empresas, la sociedad le ha dado también el carácter de una obligación legal. En efecto, la Ley Nº 29783 “Ley de Seguridad y Salud en el Trabajo” establece que: “El empleador garantiza, en el centro de trabajo, el establecimiento de los medios y condiciones que protejan la vida, la salud y el bienestar de los trabajadores…”. En este mismo sentido, el Reglamento (Decreto Supremo Nº 005-2012-TR) de dicha Ley en su Artículo 26 decreta que: “El empleador está obligado a garantizar que la seguridad y salud en el trabajo sea una responsabilidad conocida y aceptada en todos los niveles de la organización…”.

4. Por una Conveniencia Económica

Pero la seguridad es también un buen negocio y ello constituye una razón más para que las empresas se ocupen de ella, independiente de hacerlo sólo por un deber moral o por una responsabilidad social o porque las leyes así se lo exigen.

Los accidentes son acontecimientos no deseados que arremeten con su acción devastadora sobre el patrimonio de la empresa y sobre la normalidad de sus procesos, gravando los costos operacionales y menguando las utilidades de las empresas.

5. Por una Ventaja Competitiva

Hoy, más que nunca, la seguridad constituye una fuente de ventaja competitiva, capaz de marcar una diferencia vital entre una empresa y sus competidores. La seguridad, en la medida que se oriente consciente y sistemáticamente a proteger a las personas, a los bienes de la empresa, a los procesos, a los ambientes de trabajo y a la misión de la empresa en su conjunto, se transforma en una poderosa arma competitiva.
Pero eso no es todo, porque al corregir, ojalá en su origen, las fuentes generadoras de accidentes, no sólo mejorará la seguridad y disminuirán los efectos de los accidentes, sino que mejorarán, inevitablemente, los sistemas y procesos. El resultado final, será un mejoramiento de la empresa en su conjunto y sus resultados globales asociados a la producción, a la calidad, a los costos a la seguridad y al clima laboral, entre otros.

La seguridad constituye hoy en día una gran reserva de oportunidades para mejorar la competitividad de las empresas.

En resumen, la seguridad puede constituir, y de hecho constituye, tanto un deber moral y una responsabilidad social, como una conveniencia económica y una ventaja competitiva, independiente de que las empresas deben estar en orden en cuanto al cumplimiento de las disposiciones legales que les son aplica- bles en materia de seguridad.

Todas las razones anteriores son lícitas. Más aún, no considerar adecuadamente alguna de ellas representa un desaprovechamiento de oportunidades y una gestión sesgada e incompleta.

En varias empresas importantes, de distintas áreas de actividad económica, he tenido la oportunidad de estudiar este fenómeno y me he encontrado con diferencias abismales, no sólo desde una empresa a otra sino que también dentro de una misma empresa. Las diferencias entre lo que piensan los directivos entre sí son, si no preocupantes, por lo menos dignas de tener en cuenta; pero también lo son las diferencias de percepciones que hay entre ellos y la supervisión y los trabajadores de nivel operativo.

La información relacionada con las percepciones que los distintos estamentos de la empresa tienen acerca de los motivos por los cuales la empresa hace lo que hace en seguridad, como también acerca de lo que estos mismos estamentos desearían, no puede estar ausente en ningún diagnóstico de seguridad que se haga en cualquier empresa. Y el manejo estratégico que se haga de esta información, tanto para el diseño como para la aplicación de un sistema preventivo, pueden ser fundamentales para el éxito del mismo.

Texto extraído de:

Re-Pensando la Seguridad (1996)

Ing. Samuel Chávez Donoso

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